
El sector agropecuario en Colombia:
un sobreviviente de la pandemia
El campo colombiano es uno de los pocos sectores que ha logrado mantenerse a flote cumpliendo con el abastecimiento de alimentos en el país en medio de la pandemia del Covid -19. Ha encontrado retos y oportunidades en uno de los años más difíciles para Colombia.
Según el DANE, el sector agropecuario fue una de las 12 ramas que se miden para calcular el Producto Interno Bruto (PIB), que tuvo una variación positiva con un crecimiento el 0,1% para el segundo trimestre del año. Sin embargo, internamente el sector desaceleró su crecimiento, ya que aunque durante la cuarentena se continuó con la producción y distribución de alimentos, la situación económica obligó a un re ajuste de precios.
Alimentar a un país en crisis
Si bien los campesinos se encuentran aislados naturalmente de los focos de infección del Coronavirus al estar lejos de las ciudades, la escasa protección de bioseguridad es una de las grandes barreras la hora de cumplir con los protocolos exigidos.
Además de esta problemática sanitaría, la disminución capacidad de consumo y el re ajuste de los precios, ha generado una pérdida de ingresos. Sectores como el hotelero y el gastronómico que estuvieron congelados durante la cuarentena, y el desempleo en el país que asciende a 5,3 millones de colombianos sin trabajo, influyeron directamente en la disminución de los ingresos de los campesinos colombianos.
Las necesidades del campo
La crisis generada por la pandemia, ha hecho que una de las realidades más duras del sector agropecuario se agrave: La migración campesina a las ciudades por falta de oportunidades. Estas oportunidades se ven reflejadas en falta de inversión y en tecnificación del campo. A esto, se debe sumar que las cosechas y los cultivos en varias zonas del país se ven afectados por fenómenos naturales, como las heladas o la falta de lluvias.
Si bien existen muchas líneas de crédito y programas que pretenden disminuir estos problemas, aún se espera un cumplimiento y seguimiento de estos.
Es evidente que la pandemia no hace la tarea fácil para el agro colombiano, sin embargo, se confía que se sigan manteniendo las discusiones y se encuentren soluciones de fondo para la demanda de los campesinos y productores, que aún en estas circunstancias han sido el motor de la economía de nuestro país.